lunes, 27 de julio de 2020

EL PROBLEMA - Por Fernando Elizaran



Los impresionistas hace unos 200 años, se sintieron liberados del "Realismo académico" al notar que con una caja y apretando un botón se hacían "pinturas" tan realistas como la misma realidad. Dejaron detrás la función de fotógrafos sin cámara que habían cumplido durante tantos años, renegaron de “La Academia” y se permitieron ser menos precisos al pintar teniendo en cuenta más el color que la forma.

En poco tiempo, el "realismo académico" desapareció de las "vanguardias" y nació el Arte Abstracto. Y con el Arte Abstracto aparece este “Problema" que aparentemente no es ningún problema.
En el Arte Figurativo, el ojo, une las manchas de color en una figura reconocible que "es". Es una silla, es un bodegón, “es” algo y está en un fondo reconocible que también "es". Es el mar, es una pared, etc.
En el Arte Abstracto no hay nada que “reconocer”, por ende nada "es" No sabemos que manchas de color tengo que unir con cuales. Y aunque lo haga, (el ojo lo termina haciendo), tampoco se ve nada que "sea", solo manchas y rayas sin sentido aparente.
Lo que podría ser "reconocible" es demasiado impreciso, de tan impreciso no lo "reconozco". Puedo recrear figuras como con las nubes, pero son dudosas. No está claro que haya sido esa la intención del autor. No sé lo que "es" verdadero o falso porque todo "es" nada. No sé si lo que creo que "es", "es", o si el artista no es artista y me está engañando. El criterio de un lego es tan válido como el de un experto. Dicho de manera más clara; No hay ningún criterio. Las “cosas” son nada y no hay nada. 

Como mirar manchas de humedad en la pared, y todos tienen bien en claro que las manchas de la pared no "son" Arte, salvo, por supuesto, los que tienen otro criterio, o Duchamp que sostenía que su Mingitorio sí era arte y hasta ahora, a nadie se le ha ocurrido un argumento razonable que pueda refutarlo.

Kandinski agobiado por el rechazo a la abstracción, intenta explicarla. En sus libros y artículos habla del problema de la forma, de la teoría del color y de los elementos básicos visuales tratando de darle a la abstracción su “Academia”. Una teoría que aúne criterios y que sirva para acudir cuando uno se ha quedado sin intuición y para que el público “entendiera” ese arte nuevo que estaba naciendo. Al final, sin poder expresar por qué el arte abstracto tiene tanto valor como el figurativo, desiste y se lo adjudica todo a la intuición, o a la, lo que él llama: "Necesidad Interior". Quizá era demasiado pronto aún para sacar conclusiones.



           "El ojo del huracán” – Adriana Bonanni (tinta china)


Años después, a mediados del siglo XX, Rudolf Arnheim, desde el lado de la sicología y la percepción, intenta entender que es lo que se hace y hay que hacer en el Arte Abstracto. Habla de equilibrio visual, de fuerzas perceptuales, y del "Acto visual puro" que consiste en enterarse solo mirando, sin ningún tipo de medición que un círculo está centrado respecto a un cuadrado, o no. Pero, propone que se producen por "causas sicológicas" que evidentemente desconocía y aún desconocemos.

Más tarde, en los años 70´s, Donis A. Dondis es la que mejor y más
claramente plantea “El Problema”.
Dice Dondis en su libro “La sintaxis de la imagen”: “...en parte por la
separación de lo visual entre arte y artesanía (arte mayor y arte menor) y
en parte por las limitaciones del talento para dibujar, mucha
comunicación se ha dejado en manos de la intuición y el azar. Puesto que
no ha habido ningún intento por analizarla o definirla en términos de la
estructura de modo visual, no se ha obtenido ningún método de
aplicación. En realidad, en este campo los sistemas educativos
evolucionan con una lentitud rígida, y todavía persiste en ellos un énfasis
en el modo verbal con exclusión del resto de las sensibilidades humanas
y prestando muy poca atención, si es que se presta alguna, al carácter
abrumadoramente visual de la experiencia de aprendizaje del niño.
Incluso el uso de métodos visuales en la enseñanza carece de rigor y de
fines claros... Los materiales comunicativos que se producen y se utilizan
con fines pedagógicos suelen carecer de criterios para evaluar e
interpretar los efectos que producen. El consumidor de la mayor parte de
los medios educativos no es capaz de detectar, por emplear una analogía
con la alfabetización verbal, el equivalente a una falta de ortografía, a una frase incorrectamente formulada o a un tema mal estructurado... las
únicas guías para el uso de cámaras de fotos en la elaboración de
mensajes inteligentes proceden de traducciones literarias y no de la
estructura y la integridad del modo visual mismo.”

“Una de las tragedias del potencial abrumador de la alfabetización visual
a todos los niveles de la educación es la función irreflexiva que cumplen
las artes visuales en los programas de estudios, y la situación parecida
que se produce en el uso de los medios de educación, las cámaras
fotográficas, el cine o la televisión. ¿Por qué hemos heredado en las artes
visuales una devoción tácita por lo no intelectual? El examen de los
sistemas de educación pone de manifiesto que se ignora el desarrollo de
métodos constructivos de aprendizaje visual, salvo en el caso de
estudiantes especialmente interesados y dotados. Se han abandonado los
juicios de lo que es factible, apropiado o eficaz en la comunicación visual,
en favor de definiciones amorfas del gusto o de la evaluación subjetiva y
autorreflexiva del emisor y del receptor, sin que apenas se intente
comprender al menos, algunos niveles prescritos de lo que llamamos
alfabetización verbal. Probablemente, esto no se deba tanto a un prejuicio como a una firme convicción de que es imposible utilizar cualquier metodología o medio para alcanzar la alfabetización visual. Sin embargo, la demanda de medios de estudio han desbordado la capacidad de nuestras escuelas y facultades”...” Entre todos los medios de
comunicación humana, el visual es el único que no tiene régimen, ni
metodología, ni un único sistema con criterios explícitos para su
expresión o su comprensión.”

Lamentablemente, Dondis, a pesar de ser tan clara en el planteo del problema no consigue solucionarlo, Lo intenta, teniendo demasiado en cuenta los significados y forzando sensitivamente el ojo en ejemplos visuales que a veces son acertados. Al igual que Kandinsky y su teoría del color, los significados terminan tapando el árbol y el bosque. El concepto tapa la visión. El problema no es un problema de significados, o sí?.

Si dos pintores juzgan una obra y no están de acuerdo, ¿qué argumentos
plásticos tienen para discutir? Tienen literarios, históricos. Argumentos
tradicionalistas y los tradicionales, o los mercantiles, los glamorosos, los de amiguetes o es una cuestión de gustos. Quizá algún argumento técnico sobre el comportamiento de los materiales utilizados... Pero plásticos... no. Y no porque sean unos ignorantes, sino porque no los hay. O los pocos que hay andan por ahí, tan sueltos y solitarios como polvo de estrellas “Tal me dijo tal cosa”. “Me aprendí un truquito”. “El color negro no se puede usar”, etceterísima.

No sabemos realmente cuál es un argumento plástico y cuál no lo es. Y
cuando argumentamos plásticamente no estamos seguros de que los
elementos visuales básicos sigan siendo los mismos en distintas circunstancias
¿Cuáles son? Los que dijo Kandinski?, esos mismos que Donis A. Dondis dice que son otros? Si no sabemos cuáles son las “letras” cómo vamos a armar una frase?

La rebeldía tradicional del artista ya no tiene sentido. No hay ”Academia”
contra la que rebelarse. En la construcción del Arte Moderno se prefirió
mantener la anarquía y eso floreció y dio frutos, pero nos dejó un poco
desamparados. No hay ninguna manera plástica o visual conocida para poder diferenciar una obra abstracta de un mamarracho. El arte, como dicen muchos, no se puede enseñar...Otros muchos que “cada maestrito con su librito” igualando a un gran maestro con cualquier petulante con ínfulas de “creativo”. Y no tenemos argumentos para desenmascararlos

Hay técnicas y teorías de todo tipo, para todos los tipos de materiales
existentes, pero no hay ninguna técnica para “fabricar” una imagen. Todos los artistas, como Kandinsky mismo lo hacía, se atribulan entre fantasiosas y certeras teorías mientras al mismo tiempo las niegan: ”La teoría te hace peor pintor”, ¿Eso no es una teoría? pero de que teoría estamos hablando?

La Teoría del color, por ejemplo, ¿dónde está?, quién la hizo? Con que criterio? Que dice? Conocer la teoría del color te hace peor pintor?.¿Qué es ser peor pintor? No creo que por leerse toda la teoría del color, quien sabe que libraco la contiene, uno sea peor pintor, pero sí que va a tener más argumentos para elegir al tratar de resolver un problema plástico. Pero... la teoría del color versa sobre el significado cultural o sobre el significado plástico? ¿El color tiene un significado plástico?.

Lo que sí habría que admitir a los “Contra teóricos”, es que una teoría de los significados de los colores en nuestra cultura u otra, no te hace peor pintor, pero te confunde bastante, que es casi lo mismo. Si va a haber una teoría de la Pintura, tendrá que ser funcional y utilizable para desarrollar el oficio de “fabricar” imágenes con cualquier tipo de material y color.

Los fotógrafos tienen un método standard. El de los Nueve tercios. Dividen el plano en nueve partes, 3 por 3, 9 casillas como un Sudoku. Si se pone el centro de atención de la imagen sobre alguna de los puntos de intersección de estas 4 líneas que se cruzan, la fotografía va a salir “bien”, se entienda lo que se entienda como “bien”, aunque no siempre es así... Las veces que sale “bien” y no responde a ese método, no tenemos ni idea de por qué. ¿Cómo repetirla en diferentes circunstancias?

Manejar un material es cómo manejar un instrumento musical, se puede hacer ruido o interpretar música. Cualquier músico se daría cuenta de la diferencia. Nosotros, los artistas plásticos, ¿podemos diferenciarlo?. Bueno... no siempre. No tenemos un elemento, continuando con la analogía musical, comparable a la Afinación.

No lo tenemos de manera consciente. Aprendimos a pintar “a ojo de buen
cubero”, “tocando de oído”, a golpes de intuición, como Kandinsky y como todos los otros. Pero no es la intuición la que hace a los pintores. Al igual que los músicos, es uno de los tantos “instrumentos” que se utilizan para pintar, y no hay razones para asegurar, como aseguran los “Contra teóricos”, que por “usar” la teoría se dejará de “usar” la intuición.
Los criterios que más se utilizan a falta de argumentos plásticos, son: El Gusto (democracia artística), y el Mercado del Arte (economía liberal plástica)...Ninguno de estos jueces (el Pueblo, el Crítico, el Galerista y el Coleccionista) son capaces de “hacer imágenes”, ¿Cómo van a saber más que el que las hace? Dicen cosas que no entendemos o entendemos como incorrectas pero no tenemos forma de demostrarlo. El Gusto es fluctuante y arbitrario, lo que hoy te gusta, dentro de un rato no y el Mercado es arbitrario y fluctuante, la misma pintura que hoy es valiosa, dentro de un rato, tampoco.

Si pregunto qué es la composición, me dirán que es la distribución de las
grandes masas de color sobre un plano o soporte, ¿Es que eso es suficiente información para hacer una composición? Una teoría debería “aclararnos” en la solución de problemas prácticos, si no para que sirve?¿Qué pasos hay que seguir para componer una imagen? ¿Cómo y para qué?. Cualquier preguntita de las básicas produce virulentas discusiones en las tertulias de los bares. Y nadie tiene un argumento razonablemente visual. Uno de esos argumentos perdidos que andan por ahí como polvo estelar, se lo escuché a Horacio Beccaría, grabador y profesor de la escuela de Bellas Artes.

Advertía a sus alumnos y podría tomarse como un ejemplo de argumento
plástico, sobre las tendencias de los ojos a ir hacia el ángulo superior derecho. Aclarando, para el atento, que en la distribución de las masas de color no es lo mismo cualquier ángulo como propone Arnheim. Que cada ángulo cumple una función plástica, y que todos los que lo miren podrán sentirla, La sentimos cuando “miramos” y cuando entendemos lo que estamos “mirando”, lo “vemos”. “Ver” y “Entender” en este caso significan lo mismo. Cuando “miro” siento en los ojos la diferencia, cuando “veo” comprendí lo que significa esa sensación de diferencia, por tanto como la “entendí” debería poder explicarla para que los otros sepan que es lo que tienen que tener en cuenta para notar tales diferencias Todo el que use sus ojos la sentirá, se dé o no cuenta. Los que se dan cuenta y puedan explicarlo serán los”teoricistas”, los que no, los
“Intuicionistas” . La mayoría de los Teoricistas son profesores, como Kandinsky.

Es cuando uno da clases que se entera de la falta de material teórico utilizable y aunque lo hubiera, repito a Dondis, “...a una firme convicción de que es imposible utilizar cualquier metodología o medio para alcanzar la alfabetización visual.“ (El Arte no se puede enseñar). Los artistas plásticos que no dan clases suelen ser Intuicionistas, como Picasso, no les importa mucho que haya una teoría porque ya la han intuído y no necesitan explicarla.

La música tiene un vasto y envidiable colchón teórico producido quizá porque los músicos tienen que juntarse para hacer música y tienen que ponerse de acuerdo de alguna manera. Eso implica más comprensión en la percepción de los sonidos y que sea más entendida y percibida a conciencia por los músicos, que las artes plásticas, por los solitarios pintores. Y por ende, se puede enseñar. Esto no significa “hacer grandes músicos”, como se piensa aún tan petulantemente en las Bellas Artes, solo pasar información teórica y práctica para ser utilizada por el estudiante, cuándo, dónde y de la manera en que la necesite.

Tienen una disciplina para entender el hecho musical y poder repetirlo
conscientemente que se denomina Audio perceptiva. Los que la conocen
sabrán que es muy eficáz para entender los sonidos e intervalos entre otras cosas. Volviendo a las analogías, sería como entender cómo funcionan entre sí los colores y los contrastes, pero en el arte visual carecemos de un método semejante.

Una “Video perceptiva”. Entender la pintura a partir de la percepción y de lo plástico, y no del gusto popular, de los mercados bursátiles o de los
significados literales, estereotipados o sociales. Solo saber qué es lo que hacen nuestros ojos cuando miramos algo y “sentimos” que la intuición se despierta y se despliega. Cada vez que hagan lo mismo, frente a cualquier cosa que estemos mirando, “sentiremos” ese mismo placer.

Badalona, enero del 20






Fernando Elizarán - Artista- Ilustrador- Músico

Nació en Argentina y cursó estudios de Bellas Artes en Buenos Aires. Además de ilustrador de textos literarios también ha realizado cómics y animaciones. Reside en Barcelona, donde da clases de pintura e ilustración.  fernandoelizaran@hotmail.com









viernes, 24 de julio de 2020

HERMAN HESSE DIBUJOS Y PINTURAS




Todos conocemos la obra literaria de Herman Hesse o al menos las mas conocidas "Siddharta", "Narciso y Goldmundo", "El juego de abalorios", "El lobo estepario" y "Demian". 

En 1919, cuando se instaló en Ticino, Hermann Hesse ya se hizo un nombre como autor de obras como "Peter Camenzind" (1904), "Sotto laota" ("Bajo las ruedas") (1906), "Gertrud" (1910), "Rosshalde" (1914), "Knulp" (1915), "Demian" (1917) y otros cuentos.

En Ticino nacieron primero los cuentos "Klein y Wagner" (1919) y "Klingsor's Last Summer" (1920), luego, en las décadas siguientes, las obras que lo darían a conocer en todo el mundo: "Siddhartha" (1922), "La cura" (1925), "Narciso y Boccadoro" (1930), "Ore nell'orto" (1935) y "El juego de las cuentas de cristal" (abalorios significa cuentas de cristal) (1943).

Por el contrario, la mayor parte del volumen "El lobo de la estepa" (1943 Tres años antes de recibir el Premio Nobel) se escribió en Zúrich en Schanzengraben 31, en el pequeño departamento de dos habitaciones donde vivía Hesse durante la temporada de invierno. En este período de crisis viajó extensamente entre Basilea, Zurich y Montagnola y en Alemania para conferencias.

Hasta su muerte en el año 1962, escribió numerosas otras obras, artículos, meditaciones y poemas sobre su patria elegida, Ticino. Ademas de una serie de dibujos y pinturas que se conservan hoy en la Fundacion Herman Hesse de Montagnola (Italia).



Hermann Hesse en 1905. Retrato de Ernst Würtenberger (1868-1934)


Luego de apreciar este retrato realizado por Ernst Würtenberger, nos vamos a adentrar en la obra grafica y pictorica de Herman Hesse.


El pintor



Hermann Hesse comenzó a dedicarse a la pintura ya en 1916. Sin embargo, fue
después de 1919, año en que se estableció en Ticino, que, inspirado por la luz y los colores del paisaje de Ticino, Hesse creó miles de coloridas acuarelas y dibujos en tinta china.



Casa Camuzi 1926



En 1916 Hermann Hesse, de casi cuarenta años, comenzó a dedicarse a la pintura. En un período de profunda crisis interna y externa, causada en parte por los efectos nocivos de la Primera Guerra Mundial, comienza la psicoterapia, en la que se le aconseja, entre otras cosas, que "intente pintar también" con fines terapéuticos. Bodegones, autorretratos y paisajes fueron creados entre 1917 y 1918 en Engadina, Locarno-Monti y Berna. Después de la separación de la familia y el traslado a Ticino en el año 1919, escribió la historia expresionista El último verano de Klingsorque representa sus sentimientos y el impulso creativo suscitado por la magia de los colores del sur. En este punto, Hermann Hesse elige la técnica de la acuarela, después de haber experimentado con diferentes técnicas de pintura como el temple, el carbón, el pastel y la pintura. petróleo.




Dintomi di Montagnola 1929



Ya en el año 1918 Hermann Hesse comenzó a vender poemas ilustrados a color, cuya cantidad se destina a la biblioteca que administra para prisioneros de guerra. Amigos y familiares reciben manuscritos ilustrados como regalo. Pequeñas acuarelas adornan parte de las numerosas cartas enviadas por Hesse a sus hijos y amigos y acompañan los bocetos Wanderung [El Caminante] .




Certenago 1926



En el otoño de 1922, Hesse escribió para su segunda esposa Ruth Wenger la historia de amor "Piktors Verwandlungen" (Las transformaciones de Piktor), que ilustró con ricas y coloridas decoraciones. Incluso antes de entregar el regalo a Ruth, ella hace otras versiones como homenajes especiales a amigos como Romain Rolland, Peter Suhrkamp y Georg Reinhard.

Para leer el cuento de hadas "Las transformaciones de Piktor" seguir el siguiente enlace: http://www.redbirdweb.de/anyones/piktor.htm



Lago Ceresio 1935

 
Hasta finales de la década de 1930, Hesse pintó acuarelas de colores brillantes inspiradas en sus numerosos viajes a Ticino; De hecho, representan grutas, bodegas excavadas en la roca y escondidas en los bosques, viñedos, capillas y pueblos, y dan testimonio no solo de su amor por la naturaleza, sino también de su pasión por la cultura campesina del Tesino. Hoy estas obras son muy apreciadas y se exhiben en todo el mundo.



Vista de casa Bodmer



EL DIBUJANTE




Casa en el bosque 1933




Cantina tallada en la roca 1930





Vista de Porlezza 1934






Biogno 1928





Jardin de Casa Camuzi 1931






Para ver la obra completa de sus acuarelas y dibujos seguir el siguiente enlace: 






Retrato de Richard Strauss por Max Lieberman (1910)


RICHARD STRAUSS: CUATRO ÚLTIMAS CANCIONES

Se preguntaran porque mencionamos ahora a Richard Strauss, fundamentalmente porque su ultima composicion se baso en tres poemas de Herman Hesse y uno de 
Joseph von Eichendorff.

Richard Strauss se despidió con esta obra: "Cuatro últimas canciones" (Vier letzte Lieder), que compuso en 1948 y que no pudo ver estrenadas porque fallecio el 8 de septiembre de 1949 y las mismas se cantaron por primera vez en Londres el 22 de mayo de 1950, con la soprano Kirsten Flagstad y la Orquesta Philharmonia, dirigida por Wilhelm Furtwängler.

Estas Cuatro últimas canciones están escritas para soprano y orquesta, siendo la versión de Jessye Norman una de las más apreciadas.

Curiosamente la primera canción de este ciclo compuesta por Richard Strauss fue la nº 4, Im Abendrot (­En la puesta de sol), cuando Strauss se trasladó a Suiza. Allí, a finales de 1946, y descubrió un poema de Joseph von Eichendorff, titulado En la puesta de sol. Decidió musicarlo y dedicárselo a su mujer y concluyó este trabajo en Montreux el día 6 de mayo de 1948.
En estas fechas Strauss estaba leyendo una nueva edición de los poemas de su viejo amigo Hermann Hesse, lo que le movió a componer música para algunos de ellos; Frühling (­Primavera), la canción nº 1, fue completado el 18 de julio, en Pontresina. Beim Schlafengehen (­Al ir a dormir), canción nº 3 fue concluido diecisiete días más tarde, también en Pontresina. De regreso a Montreux, compuso September (Septiembre), canción nº 2, el día 20 de septiembre de 1948.




Richard Strauss - Vier Letzte Lieder | Cuatro Ultimas Canciones | Jessye Norman, Kurt Masur


Finalmente transcribrimos las letras de las "Cuatro ultimas canciones" en castellano.



PRIMAVERA (Herman Hesse)


En el fondo de las peñas crepusculares
he soñado largamente 
con tus árboles y aire azul, 
con tus aromas y con tus cantos de pájaros.

Ahora te has desplegado 
en esplendores y aderezos,
desbordando de luz, 
como un milagro ante mí.

Tú me reconoces, 
tú me atraes tiernamente, 
un escalofrío cruza todos mis miembros,
tu bienaventurada presencia.


SEPTIEMBRE (Herman Hesse)


El jardín está triste, 
la fría lluvia pesa sobre las flores.
El verano tiembla 
dulcemente hacia su fin.

Doradas, gota a gota, caen las hojas
de lo alto de la acacia.
El verano sonríe, sorprendido y cansado,
entre el sueño de los jardines que se mueren.

Largamente, entre las rosas 
se detiene todavía, desea el reposo.
Lentamente cierra 
sus ya cansados ojos.

AL IR A DORMIR (Herman Hesse)

 
Ahora que el día se ha fatigado,
que mi nostálgico deseo
sea acogido por la noche estrellada
como un niño cansado.

Manos, abandonad toda acción.
Mente, olvida todo pensamiento.
Ahora todos mis sentidos
quieren caer en el sueño.

Y el alma sin más guardián
quiere volar, liberadas sus alas,
en el círculo mágico de la noche,
para vivir profundamente mil veces.


EL CREPÚSCULO (Joseph von Eichendorff)


Con penas y alegrías, 
mano a mano, hemos caminado.
Reposemos ahora de nuestros viajes,
en la tranquila campiña.

A nuestro alrededor se inclinan los valles,
ya la brisa se ensombrece.
Sólo dos alondras alzan todavía el vuelo
soñando de nuevo en el oloroso aire.

Acércate y déjalas trinar,
pronto será hora de dormir,
para que no podamos perdernos
en esta soledad.

Oh, inmensa y dulce paz,
tan profunda en la puesta de sol,
qué fatigados estamos por haber caminado.
¿Será esta, entonces, la muerte?






miércoles, 15 de julio de 2020

EL ESTIGMA DE OFELIA




Mucho se ha escrito sobre Ofelia uno de los personajes de la tragedia de “Hamlet” ¿pensó Shakespeare que Ofelia se convertiría en musa inspiradora de artistas, músicos y poetas? seguramente, porque este personaje femenino que fue manipulada por su padre Polonio, por su hermano Laertes y por el propio Hamlet, se convertiría a posteriori en objeto de estudio del comportamiento humano en circunstancias muy similares a la actualidad.

Laertes le advierte a Ofelia que no le conviene su relación con Hamlet y ella le dice: “Guardaré el sentido de esos buenos consejos / como custodia de mi corazón. Pero, hermano mío, / no hagas como ciertos eclesiásticos / que muestran el espinoso camino de la gloria / mientras que, libertinos, jactanciosos, / siguen ellos la senda florida del placer / ignorando su propio consejo»

Polonio (quien aconseja a su hija que lo rechace a Hamlet) encuentra en el rechazo de Ofelia hacia el Príncipe la causa de la enfermedad de éste, lo que él califica de “locura de amor”. El carácter del consejero se define prontamente cuando decide revelar al rey esta información, sin medir las consecuencias. Polonio quiere mostrar su fidelidad al rey, pero no por motivos éticos, sino por sus ganas de congraciarse con éste, de ser el que solucione el problema de palacio, la locura de Hamlet, y así, ascender en la corte.

 El príncipe Hamlet juega con Ofelia y con su ingenua credulidad, pues al principio le dice «Antes yo os amaba», indicando el fin de ese amor, lo que la joven cree, y momentos después le dice lo contrario, «Yo no te amaba», dejando un poso de decepción en Ofelia. Todo este manejo “toxico” ligado a su baja autoestima hacen que Ofelia se olvide de sí misma y esto la empuje al trágico final.

 Estos juegos sobre Ofelia y las constantes manipulaciones llevadas a cabo por los personajes masculinos de la obra serán las que rompan dramáticamente al personaje y la induzcan a su trágico final, que se desprende del relato como accidental, cayo al rio “al quebrarse la rama del sauce”, posteriormente el peso de su vestido mojado y la inconsciencia  ya que Ofelia cantaba mientras se hundía, inmersa en su locura, quizás despidiéndose de una vida breve, cansada de ser objeto de deseo y al mismo tiempo herramienta para los propósitos ambiciosos de su familia, puso fin a su vida desnudando la hipocresía de quienes la rodearon. Ofelia vive el amor como una pasión por la que debe ser castigada.

Nota: Para profundizar más acerca del perfil psicológico de Ofelia dirigirse a este enlace:https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-92272015000300007

Nota: Enlace para el video : La locura de Ofelia


OFELIA Y LOS ARTISTAS

Cuantos artistas recogieron el guante para llevar a sus lienzos la imagen de Ofelia: Eugene Delacroix en 1848, John E Millais en 1852, Alexander Cabanel en 1883, J.W. Waterhouse en 1894,  Arthur Hughes dos versiones en 1851 y 1863, Georg Pauli en 1891, Paul Albert Steck en 1895 y Frederich W.T. Heyser en 1921, solo para mencionar los más conocidos.

En 1843 Eugene Delacroix dibujó una serie de láminas donde el motivo era el personaje de Shakespeare. La más famosa de todas fue La muerte de Ofelia. Delacroix parece sentir una fascinación impostergable relacionada con la locura y la sensualidad de la heroína. Como muchos otros pintores, eligió el momento de su muerte para representarla. Se cree que Delacroix se inspiró en la actriz irlandesa Harriet Smithson, hija de un director de teatro. Hizo su primera actuación en 1815 en el Teatro de Calle Crow, de Dublín Tres años más tarde hizo su primera aparición en Londres en el Drury Lane como Leticia Hardy en “La estrategia de la Belle



“La muerte de Ofelia” – 1843 Eugene Delacroix



No consiguió especial éxito en Inglaterra, pero fue a París en 1827 y 1832. Allí despertó el entusiasmo como DesdémonaVirginiaJulieta y Jane Shore, en la tragedia por Nicholas Rowe. Tenía una multitud de admiradores, entre ellos Héctor Berlioz, quien la conoció durante una representación de Hamlet en el teatro de l’Odeón de París entre los años 1827 y 1828 en la que actuaba como Ofelia.

Héctor Berlioz le dedica a su amada  “La muerte de Ofelia”  Op. 18 nº2  con letra de su amigo y mecenas  Ernest Legouvé.

Enlace para escuchar “La muerte de Ofelia” de Héctor Berlioz: https://www.youtube.com/watch?v=IBneW73ygXU





Letra de “La muerte de Ofelia” -  Ernest Legouvé

Cerca de un torrente, Ofelia
cosechaba, siguiendo la orilla,
en su dulce y tierna locura
hierba doncella, botones de oro,
iris de color de ópalo
y aquellas flores de color rosa pálido
que se llama dedos de muerte.
Ah!

Entonces, alzando con sus manos blancas
los risueños tesoros de la mañana,
los colgó de las ramas,
las ramas de un sauce vecino.
Pero, demasiado débil, la ramita se pliega,
se rompe, y la pobre Ofelia
cae, con la guirnalda en las manos.

Durante unos instantes su ropa soplada
la tuvo aún sobre la corriente
y, como una vela hinchada,
ella flotaba cantando,
cantando alguna vieja balada,
cantando como una náyade
nacida en medio del torrente.

Pero esta extraña melodía
pasó rápida como un sueño.
Con la ropa empapada y pesada
pronto el abismo profundo
arrastró la pobre perturbada,
dejando apenas comenzada
su canción melodiosa.
Ah!


El idilio entre ambos duró seis años, finalmente en 1833 se casaron y al año siguiente, el 14 de agosto nació su único hijo Louis Berlioz (quien falleció a los 32 años de fiebre amarilla).Con el paso del tiempo Harriet comenzó de verdad a convertirse en Ofelia. Dejó de actuar, perdió la voz, y se consumía en alcohol. Mientras tanto la fama de Berlioz no dejaba de crecer y tenía una relación amorosa con la soprano Marie Recio. Finalmente el matrimonio acabó en 1844; aunque el compositor continuó siendo su valedor económico toda la vida.

Harriet Smithson la musa en la pintura de Eugene Delacroix y del compositor Héctor Berlioz, sufrió un ataque de apoplejía en 1848, afección que la dejo paralitica, finalmente murió el 3 de marzo de 1854. Su único hijo Louis sirviendo para la marina mercante, encuentra la muerte en Cuba a causa de la fiebre tifoidea en 1866, con apenas 32 años. 

En 1868 Berlioz, enfermo y solo, su segunda esposa había muerto hacía pocos años, decide marchar Niza para morir allí, porque en esa ciudad había pasado en 1831 «los veinte más bellos días de felicidad de [su] vida». Pero treinta y siete años después encuentra la ciudad muy cambiada y la decepción y el empeoramiento de su salud le hacen volver a París, donde fallecerá el 8 de marzo de 1869.


 Fue enterrado en el Cementerio de Montmartre con sus dos esposas, Harriet Smithson (muerta en 1854) y Marie Recio (muerta en 1862).




JOHN WILLIAM WATERHOUSE

(6 de abril de 1849 - 10 de febrero de 1917) fue un pintor inglés conocido por trabajar primero en el estilo académico y por adoptar el estilo y el tema de la Hermandad prerrafaelita. Sus obras de arte eran conocidas por sus representaciones de mujeres de la mitología griega antigua y la leyenda artúrica.

Nacido en Roma de padres ingleses que eran pintores, Waterhouse luego se mudó a Londres, donde se matriculó en la Royal Academy of Art. Pronto comenzó a exponer en sus exposiciones anuales de verano, centrándose en la creación de grandes obras de lienzo que representan escenas de la vida cotidiana y la mitología de la antigua Grecia. Muchas de sus pinturas están basadas en autores como Homero, Ovidio, Shakespeare, Tennyson o Keats

MURIEL FOSTER - MODELO

Su modelo preferida fue  MURIEL FOSTER una clásica belleza inglesa, de rostro delicado y seductor (casualmente el apellido de su madre era Waterhouse, prima segunda del famoso arquitecto y pintor británico Alfred Waterhouse, sin relación con nuestro artista). Waterhouse la pintó por primera vez en La Belle Dame Sans Merci cuando todavía era una niña pequeña, alrededor de los quince años. Continuó pintando su belleza femenina a cada paso desde aproximadamente 1893 hasta aproximadamente 1906, y luego nuevamente desde 1909 hasta el final de su vida. Además, el hecho de que ella apareciera en tantos de sus trabajos planteó preguntas críticas en ese momento sobre si debería haber usado un solo modelo de manera tan consistente. Sin embargo, a pesar de la cantidad de veces que su rostro apareció en las obras de Waterhouse, el nombre de su modelo favorito era desconocido u olvidado hasta hace poco. Ya en 1891 todavía era una figura misteriosa si no fuera así poco se sabe sobre la vida de Muriel. Aparentemente estudió enfermería durante los años que posó para Waterhouse, nunca se casó. Estuvo estudiando para enfermería entre 1901 y 1905 en la prestigiosa Escuela de St.Thomas de Londres, fundada por Florence Nightingale. Tras acabar de posar, pasaría el resto de su vida como enfermera en el hogar de ancianos de Oakland en St. Leonards on sea, Hastings. Fue allí donde murió en 1969 a la edad de 91 años.


"Ofelia" (1910)


"Ofelia" (1894)



"Ofelia" (1899)




OFELIA DE MILLAIS

Elizabeth Eleanor Sidall nació cerca de Londres (1829-1862), siendo la mayor de seis hermanos. Poco se sabe de su infancia y, aunque no existe constancia de que fuera a la escuela, era capaz de leer y escribir.

Fue descubierta como modelo por el pintor Walter Deverell en 1849 mientras trabajaba como modista en una sombrerería de Londres. Su juventud y su belleza alejada de los cánones académicos, la convirtieron en una de las primeras modelos de la Hermandad Prerrafaelita.

 Una de las primeras obras para las que posó fue el lienzo “Ofelia muerta” de John Everett Millais (1852). Elizabeth debía posar en una bañera llena de agua y Millais la pintó día tras día durante todo el invierno. Ponía lámparas de aceite debajo de la bañera para calentar el agua, pero se cuenta que, en una ocasión, estas se apagaron y el agua se fue volviendo poco a poco más fría sin que Elizabeth protestara y Millais, que permanecía absorto en su obra, tampoco se diera cuenta de permitir salir a la joven de la bañera. El resultado fue que, al parecer, esta enfermó gravemente de neumonía, motivo por el que su padre envió más tarde una carta a Millais exigiéndole 50 libras por los gastos médicos ocasionados por la enfermedad (finalmente aceptó una cifra menor).



Millais estudio cada detalle desde buscar el lugar exacto, pintó Ofelia entre 1851 y 1852 en dos lugares separados en el río Hogsmill, cerca de Ewell en Surrey. Este lugar lo descubriría el pintor gracias a la ayuda de su compañero de hermandad Holman Hunt. Esto se ha podido conocer gracias a una serie de cartas mandadas por Millais a un amigo; y pintó la figura de Ofelia en su estudio de Gower Street en Londres.


Por su parte Millais añadirá algunas plantas que no aparecen descritas en la obra como será la presencia de amapolas que se vinculan con la muerte, o el adormecimiento. Lirios que se relaciona con la virginidad, coronas imperiales, narcisos, ulmarias, adonis, forman parte de una amplia extensión de flores que aparecen en la obra. Todas ellas estarían en relación con la historia de Hamlet, así como con los sentimientos de Ofelia.

Elízabeth posó para otros pintores de la “Hermandad” durante algún tiempo, pero uno de estos, Dante Gabriel Rossetti (1828-1882), que además de pintor  fue poeta, ilustrador y traductor, se enamoró de ella y no sólo la pintó constantemente (Muerte de Beatriz, La reina de corazones...) sino  que se la llevó a vivir con él y, finalmente, se casaron en 1860, aunque con la oposición familiar de él.



            “El sueño de Dante ante la muerte de su amada”, por Rossetti (1880)


“Reina de corazones”, por Rossetti 1867

Rossetti ya no dejó que su esposa posara para otros artistas, pero él siguió buscando nuevas modelos a las que seducir y pintar, lo que enloqueció de celos a Elizabeth, que llegó a arrojar al Támesis los dibujos que Rossetti hacía de otras mujeres.

Tras un año de matrimonio, Elizabeth dio a luz una niña muerta, lo que la sumió en una profunda tristeza, agravada por su constitución enfermiza. Comenzó por entonces a tomar láudano para calmar sus nervios, muriendo poco después, embarazada de nuevo, de una sobredosis de esta droga.

A pesar de sus continuas infidelidades, Rossetti sintió mucho la muerte de su mujer, mostrando todo su dolor en su obra “Beata Beatrix” (1863) (ilustración de abajo al centro)


Rossetti, además, enterró bajo la larga cabellera de su esposa una agenda con los sonetos que había compuesto para ella (tiempo después Rossetti recuperó el libro mandando abrir el féretro de Elizabeth).

El manuscrito fue recuperado a pesar de que el deterioro hacía difícil leer  algunos de los poemas. Rossetti los publicó con otros nuevos, pero no fueron bien recibidos por algunos críticos que los tacharon de eróticos y además porque no se vio correcto la exhumación de los restos de su esposa para recuperar el manuscrito.

Para ver el contenido del manuscrito seguir el siguiente enlace:

http://elespejogotico.blogspot.com/2009/03/el-alma-de-la-belleza-dante-rossetti.html


OFELIA DE RIMBAUD

I

En las aguas profundas que acunan las estrellas,

blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,

flota tan lentamente, recostada en sus velos…

cuando tocan a muerte en el bosque lejano.

Hace ya miles de años que la pálida Ofelia

pasa, fantasma blanco por el gran río negro;

más de mil años ya que su suave locura

murmura su tonada en el aire nocturno.

El viento, cual corola, sus senos acaricia

y despliega, acunado, su velamen azul;

los sauces temblorosos lloran contra sus hombros

y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.

Los rizados nenúfares suspiran a su lado,

mientras ella despierta, en el dormido aliso,

un nido del que surge un mínimo temblor…

y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.


II

¡Oh tristísima Ofelia, bella como la nieve,

muerta cuando eras niña, llevada por el río!

Y es que los fríos vientos que caen de Noruega

te habían susurrado la adusta libertad.


Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,

en tu mente traspuesta metió voces extrañas;

y es que tu corazón escuchaba el lamento

de la Naturaleza –son de árboles y noches.

Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo

rompió tu corazón manso y tierno de niña;

y es que un día de abril, un bello infante pálido,

un loco misterioso, a tus pies se sentó.

Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .

Te fundías en él como nieve en el fuego;

tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.

–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul.

III

Y el poeta nos dice que en la noche estrellada

vienes a recoger las flores que cortaste ,

y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,

a la cándida Ofelia flotar, como un gran lirio.


Arthur Rimbaud

“Una temporada en el Infierno” / 1863-1869





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