Los impresionistas hace unos 200 años, se sintieron liberados del "Realismo académico" al notar que con una caja y apretando un botón se hacían "pinturas" tan realistas como la misma realidad. Dejaron detrás la función de fotógrafos sin cámara que habían cumplido durante tantos años, renegaron de “La Academia” y se permitieron ser menos precisos al pintar teniendo en cuenta más el color que la forma.
En poco tiempo, el "realismo académico" desapareció de las "vanguardias" y nació el Arte Abstracto. Y con el Arte Abstracto aparece este “Problema" que aparentemente no es ningún problema.
En el Arte Figurativo, el ojo, une las manchas de color en una figura reconocible que "es". Es una silla, es un bodegón, “es” algo y está en un fondo reconocible que también "es". Es el mar, es una pared, etc.
En el Arte Abstracto no hay nada que “reconocer”, por ende nada "es" No sabemos que manchas de color tengo que unir con cuales. Y aunque lo haga, (el ojo lo termina haciendo), tampoco se ve nada que "sea", solo manchas y rayas sin sentido aparente.
Lo que podría ser "reconocible" es demasiado impreciso, de tan impreciso no lo "reconozco". Puedo recrear figuras como con las nubes, pero son dudosas. No está claro que haya sido esa la intención del autor. No sé lo que "es" verdadero o falso porque todo "es" nada. No sé si lo que creo que "es", "es", o si el artista no es artista y me está engañando. El criterio de un lego es tan válido como el de un experto. Dicho de manera más clara; No hay ningún criterio. Las “cosas” son nada y no hay nada.
Como mirar manchas de humedad en la pared, y todos tienen bien en claro que las manchas de la pared no "son" Arte, salvo, por supuesto, los que tienen otro criterio, o Duchamp que sostenía que su Mingitorio sí era arte y hasta ahora, a nadie se le ha ocurrido un argumento razonable que pueda refutarlo.
Kandinski agobiado por el rechazo a la abstracción, intenta explicarla. En sus libros y artículos habla del problema de la forma, de la teoría del color y de los elementos básicos visuales tratando de darle a la abstracción su “Academia”. Una teoría que aúne criterios y que sirva para acudir cuando uno se ha quedado sin intuición y para que el público “entendiera” ese arte nuevo que estaba naciendo. Al final, sin poder expresar por qué el arte abstracto tiene tanto valor como el figurativo, desiste y se lo adjudica todo a la intuición, o a la, lo que él llama: "Necesidad Interior". Quizá era demasiado pronto aún para sacar conclusiones.
"El ojo del huracán” – Adriana Bonanni (tinta china)
Años después, a mediados del siglo XX, Rudolf Arnheim, desde el lado de la sicología y la percepción, intenta entender que es lo que se hace y hay que hacer en el Arte Abstracto. Habla de equilibrio visual, de fuerzas perceptuales, y del "Acto visual puro" que consiste en enterarse solo mirando, sin ningún tipo de medición que un círculo está centrado respecto a un cuadrado, o no. Pero, propone que se producen por "causas sicológicas" que evidentemente desconocía y aún desconocemos.
Más tarde, en los años 70´s, Donis A. Dondis es la que mejor y más
claramente plantea “El Problema”.
Dice Dondis en su libro “La sintaxis de la imagen”: “...en parte por la
separación de lo visual entre arte y artesanía (arte mayor y arte menor) y
en parte por las limitaciones del talento para dibujar, mucha
comunicación se ha dejado en manos de la intuición y el azar. Puesto que
no ha habido ningún intento por analizarla o definirla en términos de la
estructura de modo visual, no se ha obtenido ningún método de
aplicación. En realidad, en este campo los sistemas educativos
evolucionan con una lentitud rígida, y todavía persiste en ellos un énfasis
en el modo verbal con exclusión del resto de las sensibilidades humanas
y prestando muy poca atención, si es que se presta alguna, al carácter
abrumadoramente visual de la experiencia de aprendizaje del niño.
Incluso el uso de métodos visuales en la enseñanza carece de rigor y de
fines claros... Los materiales comunicativos que se producen y se utilizan
con fines pedagógicos suelen carecer de criterios para evaluar e
interpretar los efectos que producen. El consumidor de la mayor parte de
los medios educativos no es capaz de detectar, por emplear una analogía
con la alfabetización verbal, el equivalente a una falta de ortografía, a una frase incorrectamente formulada o a un tema mal estructurado... las
únicas guías para el uso de cámaras de fotos en la elaboración de
mensajes inteligentes proceden de traducciones literarias y no de la
estructura y la integridad del modo visual mismo.”
“Una de las tragedias del potencial abrumador de la alfabetización visual
a todos los niveles de la educación es la función irreflexiva que cumplen
las artes visuales en los programas de estudios, y la situación parecida
que se produce en el uso de los medios de educación, las cámaras
fotográficas, el cine o la televisión. ¿Por qué hemos heredado en las artes
visuales una devoción tácita por lo no intelectual? El examen de los
sistemas de educación pone de manifiesto que se ignora el desarrollo de
métodos constructivos de aprendizaje visual, salvo en el caso de
estudiantes especialmente interesados y dotados. Se han abandonado los
juicios de lo que es factible, apropiado o eficaz en la comunicación visual,
en favor de definiciones amorfas del gusto o de la evaluación subjetiva y
autorreflexiva del emisor y del receptor, sin que apenas se intente
comprender al menos, algunos niveles prescritos de lo que llamamos
alfabetización verbal. Probablemente, esto no se deba tanto a un prejuicio como a una firme convicción de que es imposible utilizar cualquier metodología o medio para alcanzar la alfabetización visual. Sin embargo, la demanda de medios de estudio han desbordado la capacidad de nuestras escuelas y facultades”...” Entre todos los medios de
comunicación humana, el visual es el único que no tiene régimen, ni
metodología, ni un único sistema con criterios explícitos para su
expresión o su comprensión.”
Lamentablemente, Dondis, a pesar de ser tan clara en el planteo del problema no consigue solucionarlo, Lo intenta, teniendo demasiado en cuenta los significados y forzando sensitivamente el ojo en ejemplos visuales que a veces son acertados. Al igual que Kandinsky y su teoría del color, los significados terminan tapando el árbol y el bosque. El concepto tapa la visión. El problema no es un problema de significados, o sí?.
Si dos pintores juzgan una obra y no están de acuerdo, ¿qué argumentos
plásticos tienen para discutir? Tienen literarios, históricos. Argumentos
tradicionalistas y los tradicionales, o los mercantiles, los glamorosos, los de amiguetes o es una cuestión de gustos. Quizá algún argumento técnico sobre el comportamiento de los materiales utilizados... Pero plásticos... no. Y no porque sean unos ignorantes, sino porque no los hay. O los pocos que hay andan por ahí, tan sueltos y solitarios como polvo de estrellas “Tal me dijo tal cosa”. “Me aprendí un truquito”. “El color negro no se puede usar”, etceterísima.
No sabemos realmente cuál es un argumento plástico y cuál no lo es. Y
cuando argumentamos plásticamente no estamos seguros de que los
elementos visuales básicos sigan siendo los mismos en distintas circunstancias
¿Cuáles son? Los que dijo Kandinski?, esos mismos que Donis A. Dondis dice que son otros? Si no sabemos cuáles son las “letras” cómo vamos a armar una frase?
La rebeldía tradicional del artista ya no tiene sentido. No hay ”Academia”
contra la que rebelarse. En la construcción del Arte Moderno se prefirió
mantener la anarquía y eso floreció y dio frutos, pero nos dejó un poco
desamparados. No hay ninguna manera plástica o visual conocida para poder diferenciar una obra abstracta de un mamarracho. El arte, como dicen muchos, no se puede enseñar...Otros muchos que “cada maestrito con su librito” igualando a un gran maestro con cualquier petulante con ínfulas de “creativo”. Y no tenemos argumentos para desenmascararlos
Hay técnicas y teorías de todo tipo, para todos los tipos de materiales
existentes, pero no hay ninguna técnica para “fabricar” una imagen. Todos los artistas, como Kandinsky mismo lo hacía, se atribulan entre fantasiosas y certeras teorías mientras al mismo tiempo las niegan: ”La teoría te hace peor pintor”, ¿Eso no es una teoría? pero de que teoría estamos hablando?
La Teoría del color, por ejemplo, ¿dónde está?, quién la hizo? Con que criterio? Que dice? Conocer la teoría del color te hace peor pintor?.¿Qué es ser peor pintor? No creo que por leerse toda la teoría del color, quien sabe que libraco la contiene, uno sea peor pintor, pero sí que va a tener más argumentos para elegir al tratar de resolver un problema plástico. Pero... la teoría del color versa sobre el significado cultural o sobre el significado plástico? ¿El color tiene un significado plástico?.
Lo que sí habría que admitir a los “Contra teóricos”, es que una teoría de los significados de los colores en nuestra cultura u otra, no te hace peor pintor, pero te confunde bastante, que es casi lo mismo. Si va a haber una teoría de la Pintura, tendrá que ser funcional y utilizable para desarrollar el oficio de “fabricar” imágenes con cualquier tipo de material y color.
Los fotógrafos tienen un método standard. El de los Nueve tercios. Dividen el plano en nueve partes, 3 por 3, 9 casillas como un Sudoku. Si se pone el centro de atención de la imagen sobre alguna de los puntos de intersección de estas 4 líneas que se cruzan, la fotografía va a salir “bien”, se entienda lo que se entienda como “bien”, aunque no siempre es así... Las veces que sale “bien” y no responde a ese método, no tenemos ni idea de por qué. ¿Cómo repetirla en diferentes circunstancias?
Manejar un material es cómo manejar un instrumento musical, se puede hacer ruido o interpretar música. Cualquier músico se daría cuenta de la diferencia. Nosotros, los artistas plásticos, ¿podemos diferenciarlo?. Bueno... no siempre. No tenemos un elemento, continuando con la analogía musical, comparable a la Afinación.
No lo tenemos de manera consciente. Aprendimos a pintar “a ojo de buen
cubero”, “tocando de oído”, a golpes de intuición, como Kandinsky y como todos los otros. Pero no es la intuición la que hace a los pintores. Al igual que los músicos, es uno de los tantos “instrumentos” que se utilizan para pintar, y no hay razones para asegurar, como aseguran los “Contra teóricos”, que por “usar” la teoría se dejará de “usar” la intuición.
Los criterios que más se utilizan a falta de argumentos plásticos, son: El Gusto (democracia artística), y el Mercado del Arte (economía liberal plástica)...Ninguno de estos jueces (el Pueblo, el Crítico, el Galerista y el Coleccionista) son capaces de “hacer imágenes”, ¿Cómo van a saber más que el que las hace? Dicen cosas que no entendemos o entendemos como incorrectas pero no tenemos forma de demostrarlo. El Gusto es fluctuante y arbitrario, lo que hoy te gusta, dentro de un rato no y el Mercado es arbitrario y fluctuante, la misma pintura que hoy es valiosa, dentro de un rato, tampoco.
Si pregunto qué es la composición, me dirán que es la distribución de las
grandes masas de color sobre un plano o soporte, ¿Es que eso es suficiente información para hacer una composición? Una teoría debería “aclararnos” en la solución de problemas prácticos, si no para que sirve?¿Qué pasos hay que seguir para componer una imagen? ¿Cómo y para qué?. Cualquier preguntita de las básicas produce virulentas discusiones en las tertulias de los bares. Y nadie tiene un argumento razonablemente visual. Uno de esos argumentos perdidos que andan por ahí como polvo estelar, se lo escuché a Horacio Beccaría, grabador y profesor de la escuela de Bellas Artes.
Advertía a sus alumnos y podría tomarse como un ejemplo de argumento
plástico, sobre las tendencias de los ojos a ir hacia el ángulo superior derecho. Aclarando, para el atento, que en la distribución de las masas de color no es lo mismo cualquier ángulo como propone Arnheim. Que cada ángulo cumple una función plástica, y que todos los que lo miren podrán sentirla, La sentimos cuando “miramos” y cuando entendemos lo que estamos “mirando”, lo “vemos”. “Ver” y “Entender” en este caso significan lo mismo. Cuando “miro” siento en los ojos la diferencia, cuando “veo” comprendí lo que significa esa sensación de diferencia, por tanto como la “entendí” debería poder explicarla para que los otros sepan que es lo que tienen que tener en cuenta para notar tales diferencias Todo el que use sus ojos la sentirá, se dé o no cuenta. Los que se dan cuenta y puedan explicarlo serán los”teoricistas”, los que no, los
“Intuicionistas” . La mayoría de los Teoricistas son profesores, como Kandinsky.
Es cuando uno da clases que se entera de la falta de material teórico utilizable y aunque lo hubiera, repito a Dondis, “...a una firme convicción de que es imposible utilizar cualquier metodología o medio para alcanzar la alfabetización visual.“ (El Arte no se puede enseñar). Los artistas plásticos que no dan clases suelen ser Intuicionistas, como Picasso, no les importa mucho que haya una teoría porque ya la han intuído y no necesitan explicarla.
La música tiene un vasto y envidiable colchón teórico producido quizá porque los músicos tienen que juntarse para hacer música y tienen que ponerse de acuerdo de alguna manera. Eso implica más comprensión en la percepción de los sonidos y que sea más entendida y percibida a conciencia por los músicos, que las artes plásticas, por los solitarios pintores. Y por ende, se puede enseñar. Esto no significa “hacer grandes músicos”, como se piensa aún tan petulantemente en las Bellas Artes, solo pasar información teórica y práctica para ser utilizada por el estudiante, cuándo, dónde y de la manera en que la necesite.
Tienen una disciplina para entender el hecho musical y poder repetirlo
conscientemente que se denomina Audio perceptiva. Los que la conocen
sabrán que es muy eficáz para entender los sonidos e intervalos entre otras cosas. Volviendo a las analogías, sería como entender cómo funcionan entre sí los colores y los contrastes, pero en el arte visual carecemos de un método semejante.
Una “Video perceptiva”. Entender la pintura a partir de la percepción y de lo plástico, y no del gusto popular, de los mercados bursátiles o de los
significados literales, estereotipados o sociales. Solo saber qué es lo que hacen nuestros ojos cuando miramos algo y “sentimos” que la intuición se despierta y se despliega. Cada vez que hagan lo mismo, frente a cualquier cosa que estemos mirando, “sentiremos” ese mismo placer.
Badalona, enero del 20
Fernando Elizarán - Artista- Ilustrador- Músico
Nació en Argentina y cursó estudios de Bellas Artes en Buenos Aires. Además de ilustrador de textos literarios también ha realizado cómics y animaciones. Reside en Barcelona, donde da clases de pintura e ilustración. fernandoelizaran@hotmail.com
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